FONDAZIONE PRADA PRESENTA LA EXPOSICIÓN “L’IMAGE VOLÉE”

FONDAZIONE PRADA PRESENTA LA EXPOSICIÓN “L’IMAGE VOLÉE”

Fondazione Prada presenta “L’image volée” (La imagen robada), un show curado  por el artista Thomas Demand, del 18 de marzo al 28 de agosto del 2016. La exhibición, cuya arquitectura fue diseñada por el escultor Manfred Pernice, ocupa ambos niveles de la galería Nord y el Cinema de Fondazione Prada, ubicada en Milán.                                                                                          

“L’image volée” incluye más de 90 piezas producidas por más de 60 artistas desde 1820 hasta hoy. La intención de Demand para la muestra es que ésta explore la forma en la que dependemos de modelos preexistentes y cómo los artistas siempre se remiten a la imaginería ya creada al hacer la propia. Cuestionando las fronteras entre la originalidad, la innovación conceptual y cultura de la copia, el proyecto se enfoca en el robo, la autoría, la anexión y el potencial creativo para tales propósitos. 

La exposición presenta tres posibles investigaciones: la apropiación física del objeto o su ausencia; robo relacionado con la imagen en sí, más que al objeto; y el acto de hurtar a través de la realización de una imagen. La exhibición ha sido concebida como una exploración excéntrica poco convencional de dichos temas a través de la investigación empírica. En lugar de un análisis enciclopédico, ofrece a los visitantes una visión poco ortodoxa en un viaje de descubrimiento e investigación artística.                                                           

La primera sección de la exposición muestra fotografías, pinturas y películas en donde los objetos perdidos o robados se vuelven la escena o evidencia de un crimen. Incluidos en ésta, se encuentran obras que directamente hacen eco a ideas criminales, tales como el reporte por robo enmarcado que presentó Maurizio Cattelan por una obra inmaterial que él dijo haber sido hurtada, Senza titolo (1991) o Stolen Rug (1969) –una alfombra persa que Richard Artschwager pidió que fuera robada para la exposición “Art by Telephone” en Chicago.

Algunos trabajos evocan la ausencia resultante de un acto de atraje, como el lienzo de Adolph von Menzel, Friedrich der Grosse auf Reisen (1854), al que le fueron removidos los rostros retratados en éste. Otras obras están basadas en la alteración de trabajos preexistentes, por ejemplo, Richter-Modell (interconti) (1987), una pintura de Gerhard Richter que fue transformada en una mesa de café por Martin Kippenberger; así como Unfolded Origami (2016) de Pierre Bismuth, quien hizo un nuevo trabajo de los carteles originales de Daniel Buren. Todos estos trabajos exploran la noción del control de los autores sobre sus propias creaciones.

La segunda parte de esta exhibición, analiza la lógica detrás de la apropiación dentro del proceso creativo. Esta sección empieza con el concepto de imitaciones y falsificaciones, ejemplificados por el billete apócrifo hecho por el falsificador Günter Hopfinger. La muestra avanza para explorar prácticas que son cercanas a la Apropiación del Arte, como la pieza de Sturtevant titulada Duchamp Man Ray Portrait (1966), quien retoma una fotografía de Marcel Duchamp hecha por Man Ray, sustituyendo tanto al autor como al sujeto de la fotografía con ella misma.

Otros artistas llevan la lógica de la imitación a su límite, incluyendo tomar posesión de la identidad de otros artistas. Algunas obras son “mejoras” o modificaciones de imágenes preexistentes, por ejemplo, las desfiguraciones de Asger Jorn, o collages como los de Wangechi Mutu, conformados por ilustraciones médicas y dibujos anatómicos. Mientras tanto, artistas como Haris Epaminonda, Alice Lex-Nerlinger y John Stezaker incluyen postales, fotogramas o imágenes de archivo en sus trabajos. Al mismo tiempo, Erin Shirreff y Rudolf Stingel crean sus pinturas o videos usando una reproducción fotográfica de una obra del pasado como punto de partida.                                                          

Esta sección continúa con un grupo de trabajos en los que los artistas toman prestados elementos de otro medio o lenguaje, o descontextualizan las imágenes. Thomas Ruff, en jpeg ib01 (2006) altera una imagen de la web; Anri Sala explora el potencial del cine para revelar dinámicas temporales ocultas en Agassi (2006); Guillaume Paris, en el video Fountain (1994), presenta un breve loop de secuencias de la película animada Pinocho (1940). La planta baja de la galería Nord también incluye obras esculturales de Henrik Olesen y nuevos trabajos de Sara Cwynar, Mathew Hale, Oliver Laric y Elad Lassry.                                                           

La tercera parte de la exposición está instalada en la planta baja de Nord, marcando la primera vez que esta área es utilizada como una sala de exhibición. Esta parte final y subversiva de “L’image volée” lidia con la producción de imágenes que, por su naturaleza, revelan aspectos ocultos en un nivel privado o público.

John Baldessari, en su espacio llamado Blue Line (Holbein) (1988), inserta una cámara oculta que produce imágenes robadas de visitantes dentro de una sala contigua, poniendo en cuestión el papel del espectador. Sophie Calle, en la serie The Hotel (1981), tiene como objetivo combinar las esferas artísticas y personales de su investigación, que revela detalles íntimos de la vida de extraños.

Otro grupo de trabajos desarrollan consideraciones sobre temas de interés público o abiertamente políticos. Christopher Williams en SOURCE… (1981) revela perspectivas no oficiales en la comunicación institucional, seleccionando cuatro archivos fotográficos de John Fitzgerald

Kennedy que retratan al Presidente estadounidense desde atrás y, por lo tanto, considerados inapropiados para circular públicamente en el momento. En las imágenes Americas II, Bahamas Internet Cable System (BICS-1) y Globenet (2015), Trevor Paglen expone la infraestructura material de la vigilancia masiva, documentando el sistema de cables submarinos transoceánicos que transmiten datos importantes.

La parte final de la muestra presenta un espectáculo dentro del mismo, curado por un destacado diseñador industrial contemporáneo, que incluye herramientas de espionaje utilizadas por la República Democrática Alemana y la Unión Soviética contra sus ciudadanos: instrumentos tecnológicos capaces de romper las barreras de la esfera privada, seleccionados por la belleza profética de su diseño racional y relacionados con las computadoras y teléfonos inteligentes contemporáneos.

“L’image volée” está acompañada por un libro ilustrado publicado por Fondazione Prada con nuevas historias cortas de Ian McEwan y Ali Smith, ensayos de Russell Ferguson, Christy Lange y Jonathan Griffin, así como contribuciones de Rainer Erlinger y Daniel McClean.

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César Percastre Account Manager, Another Company
Daniela Valdés Account Executive, Another Company
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Sobre Prada

Prada fue fundada en 1913 por Mario Prada –el abuelo de Miuccia Prada– en Milan, Italia.

Localizada en la prestigiosa Galleria Vittorio Emanuele II, Prada era una exclusiva y elegante tienda de equipaje, accesorios y productos de lujo hechos con materiales finos y de manufactura refinada.

La compañía de lujo ahora fabrica productos, ropa y calzado de piel para hombre y mujer, combinando la sofisticación contemporánea y de vanguardia con artículos únicos y de manufactura sublime. Prada también opera en los sectores de eyewear, fragancias y teléfonos celulares.

La marca Prada es parte de Grupo Prada, una firma poderosa en el mercado de bienes de lujo, así como un ícono corporativo. El modelo de negocios, capaz de combinar los procesos industrializados con sofisticada manufactura a mano, alta calidad y el nivel de detalle elevado característico de la producción de artesanías, impuso un precedente en el mundo.